#004 - Honor a quien honor merece: DRA. YOLANDA C. JARAMILLO COSME
La Salud Pública Nacional perdió a una gran mujer, una gran médico que llevó su vida sin afán de protagonismo, luchadora acérrima que sembró una semilla que hasta el día de hoy fructifica.
Una gran mujer, una gran médico
La Salud Pública de Veracruz ha perdido a una gran Médico, una mujer comprometida en su carrera profesional a lograr objetivos que parecían inalcanzables: dar al paciente atención con calidad y calidez, proporcionando todo lo necesario con gratuidad. Conformó durante su trayectoria equipos de trabajo con profesionales comprometidos bajo su liderazgo en la atención integral del paciente.
Durante más de 40 años, trabajó siempre teniendo como su absoluta prioridad a los más necesitados, a los más vulnerables, el Hospital Regional Río Blanco fue durante 14 años dirigido por ésta valiosa mujer, su trabajo fructificó cuando obtuvo el Premio Nacional de Calidad y que fue capaz de comprometer a los presidentes municipales de la región para conformar equipos de trabajo y cooperación.
Sin afán de protagonismo
Inició bajo su supervisión directa el Programa de Niños con Cáncer el cual fue muy ambicionado por funcionarios municipales para obtener brillo y notoriedad, sin embargo los objetivos se cumplieron, Otro programa que lidereó fue el de tratamiento integral de los pacientes diabéticos el cual desarrolló en forma muy exitosa con apoyo nutricional y grupos de autoayuda, superando los objetivos propuestos y disminuyendo los riesgos de complicaciones por éste padecimiento que aqueja a más del 40% de la población económicamente activa. También se abocó como programa piloto la detección oportuna de VIH, logrando con apoyo médico y psicológico la reintegración de los pacientes al campo laboral.
Nunca buscó protagonismo y notoriedad, al contrario siempre desde su bastión defendió a costa de su bolsillo resolver casos de los que nadie por ellos veía. Muchos médicos exitosos en el desarrollo de sus especialidades fueron formados en ese Hospital.
Demostró ante las Autoridades de Secretaría de Salud su amplio compromiso y entrega, sin embargo, fue motivo de escarnio al ser juzgada y relegada por el sólo hecho de tratar de resolver lo que el Estado tenía como obligación haber resuelto: el abasto de medicamentos y materiales de curación para su población
Después de haber puesto al Hospital en el mapa nacional como referente de excelencia, inició un nuevo ciclo profesional en SESVER en la Capital Xalapa, logrando la certificación de los Hospitales Regionales y Generales del Estado.
Sus logros quedaron sembrados para la posteridad
Incansable en su gestión y fiel a sus principios administrativos durante su, paso por la Jurisdicción de Córdoba, dejó implementado el Albergue en el Hospital Yanga mismo que brinda un espacio de seguridad y protección a la mujer embarazada proveniente de los municipios lejanos, ya en la Jurisdicción de Orizaba, apoyó a los procesos de acreditación de las unidades de primer nivel siempre garantizando Calidad en la Atención Médica, las encomiendas nunca faltaron y en el paso por el Puerto de Veracruz fue en el Hospital de Tarimoya donde promovió Procesos Hospitalarios con Equidad en la restauración de salud de las poblaciones más desprotegidas.
Hasta sus últimos días dentro del Hospital Regional de Río Blanco, al cual regresó para ser dolorosamente testigo de la destrucción de todos los procesos de calidad que con tanto trabajo forjó, sin embargo, por amor a su profesión, continuó luchando para tocar a la población más vulnerable aún a costa de la desaprobación de las autoridades en turno.
Luchadora incansable, así era ella.
Palabras de la Dra. Martha Sanz Freeman.